dimarts, 21 d’abril del 2009

NO TENEN VERGONYA... VI

Un altre excel·lent article...

No tenen vergonya, ni de malbaratar els doblers públics de tots noltros.

Algú hauria de parar els peus al conseller aviador.... Massa clar està que de promoció no hi entenen gens ni mica, malgrat el Sr. Tarabini els ho expliqui de forma tan clara...


http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009041300_5_453872__Opinion-Promocion-turistica-euros-guerra

Promoción turística. ¡Más euros, es la guerra!




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ANTONIO TARABINI Estas líneas pretenden ser continuación de una
colaboración mía publicada en este periódico hace un año, titulada "Sí, más
dinero para promoción, pero ¿para qué?". El motivo es simple. El pasado sábado,
mientras estaba gozando de una cerveza en la Plaça Sta. Eulalia junto a unos
amigos, recibí una llamada telefónica de un empresario turístico relevante. Me
mostraba su indignación por el gasto sin sentido de 4 millones de euros, casi
700 millones de las antiguas pesetas, en su inmensa mayoría dineros públicos,
destinados a la promoción turística con el objetivo de reactivar la demanda,
especialmente de los mercados español y británico, con síntomas de retraimiento
frente a la próxima temporada turística. Sus argumentos eran (son) claros: los
esfuerzos deben centrarse en la comercialización (venta de nuestros productos),
en garantizar plazas de aviones (¡especialmente en Menorca!) que nos garanticen
la facilidad de comunicaciones, y en la promoción interior (léase poner en
condiciones nuestra oferta turística). Le indiqué que, estando de acuerdo con
él, mi única posibilidad era volver a repetir (¿predicar en el desierto?) los
mismos argumentos.
¿Cree realmente nuestro sector turístico, incluido el
conseller del ramo, que una campaña de imagen, incluido Rafel Nadal, en prensa y
televisión va a reactivar las reservas de españoles y británicos? Nuestro
destino turístico, fundamentado en sol y playas, es suficientemente conocido. Y
se me antoja una pérdida de dineros públicos el pretendernos promocionar tal
como lo hacen nuevos destinos turísticos (desde Albania a Croacia) con imágenes
reales que son un clon de nuestras playas y naturaleza, y viceversa. El motivo
de una cierta timidez en las reservas se debe (entre otras causas más
estructurales) a la crisis económica y, en el mercado británico, a la
devaluación de la libra. Tal situación conlleva que el precio se convierta en
más decisivo y que se espere casi al último momento (ofertas) la elección de su
destino vacacional.
Si es cierto que difícilmente podemos competir en
precios, aunque existan hoteleros que rebajen sus precios un 20 por ciento,
parecería lo lógico plantear una campaña de comercialización de productos
concretos y diferenciados, amparados bajo el estandarte del sol y playas. De
hecho cada isla, y cada zona turística, debería poner de valor determinados
productos diferenciados de valor añadido, desde la práctica de deportes
concretos a aficiones gastronómicas... Quizás en esta línea puede comprenderse
la iniciativa a desarrollar en Manchester, donde se expondrá desde nuestra
gastronomía a actividades lúdicas. Deberían ponerse en valor aspectos básicos
como nuestra seguridad, la facilidad de acceso a la sanidad pública, nuestra
redes internas y externas de comunicación e interconexión, y otros items que no
poseen algunos de los nuevos destinos emergentes.
Tales productos
diferenciados no deben sólo promocionarse sino también y principalmente
comercializarse usando y potenciando, además de los canales de los mayoristas,
líneas de ventas dirigidas directamente al cliente potencial.
Sin olvidar la
promoción interior. Es básico que los visitantes regresen satisfechos de sus
vacaciones. Tal satisfacción incluye no sólo una adecuada relación
precio-calidad en el alojamiento, sino también en el amplio abanico de la oferta
complementaria, en la limpieza de nuestros entornos naturales y urbanos, y en un
largo etcétera. Hace escasos días asistimos a una protesta masiva de turistas
porque su playa de referencia estaba sucia y olía no precisamente a rosas.
Comprendo la inquietud de nuestros empresarios. Pero, especialmente si se trata
de dineros públicos, es imprescindible definir claramente los objetivos y los
medios. No es cierto que como más dinero gastemos en promoción más turistas nos
visitarán. El hiperactivismo de Miguel Nadal urge de una cierta dosis de calma y
reflexión. Quizás debería aplicarse el dicho popular: "vísteme despacio que
tengo prisa". O aquel otro: "el que mucho abarca poco aprieta". De lo contrario
puede caerse en el histrionismo.


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